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18-21 »Pero también yo sentí asco de ella, como antes lo había sentido de su hermana. Ella, por su parte, se acordó de los días de su juventud en Egipto. Se acordó de cuando dejaba que los egipcios le tocaran los pechos, y de cuando tenía relaciones sexuales con ellos. Oholibá amaba a los egipcios con locura porque, en su trato sexual, se portaban como animales.

»Tú, Oholibá, sentiste nostalgia al acordarte de esos días, y te entregaste de lleno a la prostitución. 22 Pero yo soy tu Dios, y te advierto que haré que tus amantes se vuelvan tus enemigos. Ahora te dan asco, pero vendrán contra ti de todas partes.

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